Descripción de la Obra
DL: AS – 2586 – 2008
Autor: Juán Méjica / Benjamín Méndez
Páginas: 198
Fecha de publicación: 26-04-2008
Idioma: Español
Tintas: color
Imágenes: Sí
Dimensiones: 190 x 250 mm
Edita: HiFer Editor
Conmemoración del cincuentenario de HiFer Artes Gráficas.
Espacio e historia son las coordenadas esenciales en las que se mueven ciudades como Oviedo. Pero el desarrollo urbano ovetense encierra algunos rasgos específicos a partir de su fundación por Alfonso II el Casto, ya que su crecimiento espacial desde el Oviedo intramuros ha venido claramente marcado en cada etapa por una caracterización funcional hasta llegar al centro plurifuncional que hoy es. Señaladamente, su condición de sede episcopal, capital de Comunidad Autónoma, centro universitario y de servicios hace que el espacio dedicado a equipamientos sea muy considerable, especialmente en el tercio meridional, con una franja casi continua que se extiende desde el centro histórico hacia el barrio de Uría, Llamaquique, Buenavista y El Cristo; otras manchas de importancia colonizan la vertiente del Naranco, Milán y La Cadellada, pudiendo decirse en términos generales que los usos más nobles ocupan lugares elevados y viceversa. La industria apenas tiene participación, relegada junto con otras instalaciones de rechazo a las zonas bajas del nordeste; la Losa hizo desaparecer, visualmente al menos, la barrera ferroviaria con el barrio del Naranco, planteándose ahora la desmantelación de los enclaves fabriles de Almacenes Industriales y la Fábrica de La Vega. Por lo demás, el uso residencial coexiste con el terciario en la ciudad vieja y el Ensanche, mientras las zonas verdes de última generación son un fenómeno periférico, donde hemos asistido al nacimiento de unos barrios sin un modelo claro de desarrollo urbanístico (Monte Cerrao, La Ería, La Florida y La Corredoria).
Resulta necesario aclarar que la presente obra no tiene otra finalidad que la de destacar el devenir urbano de la capital astur –este año 2008 también capital de varias efemérides–, y ello desde una perspectiva profesional y divulgativa a la vez, que pretende mostrar, de una manera ni obvia ni retórica, otra visión de Oviedo, sobre ese paisaje urbano que nos resulta tan familiar, pero al tiempo tan dinámico. Este carácter difusor explica que muchas cuestiones no son tratadas en mayor profundidad, sino que se remite oportunamente a los trabajos y estudios especializados.
Con todo, aspiramos a que esta monografía acerca de este paisaje humanizado que es Oviedo, ilustrado con abundantes y sugerentes testimonios fotográficos, algunos inéditos, ayudará a percibir mejor su trazado urbano, a identificar con mayor criterio los barrios, su funcionalidad y transformaciones experimentadas, y, en definitiva, fomentará otras aportaciones al estudio de la ciudad de La Regenta.
La traza parte del Oviedo medieval, que en el siglo VIII entra definitivamente en la historia de las crónicas; sobre la Cerca o recinto amurallado comienza a vertebrarse la morfología de ese casco antiguo que nos es tan familiar. En los siglos siguientes cristalizará la estructura urbana que van a edificar los siglos barrocos, definiendo esa imagen formal del Oviedo monumental de los palacios nobiliarios y que impulsa la ampliación extramuros de la ciudad, antes de que la revolución cultural de la Ilustración y la revolución social de la industrialización –en Oviedo expulsada a la periferia, esto es, a los núcleos de Trubia, San Claudio y Colloto, a excepción de la isla de la Fábrica de Armas que ocupa terrenos desamortizados de La Vega– conduzcan a la capital moderna y burguesa del Ensanche, aún sin existir éste formalmente.
En nuestro siglo, ya en los años 20, el fenómeno de las parcelaciones configuró un crecimiento caótico de barrios como los de Pumarín, Teatinos, Tenderina, Argañosa, Los Pilares, Colonia Astur y Ciudad Naranco. El franquismo propició la construcción de la ciudad del desarrollismo, que asociamos con los Polígonos obreros de Ventanielles y Otero, mientras que el de Buenavista aspira a cumplir el papel de bulevar para las clases acomodadas. La contemporaneidad viene a coincidir con la autonomía política del Principado de Asturias, que confirma a Oviedo como capital administrativa y de servicios, en un momento optimista en que la arquitectura asume un carácter mediático y propagandístico (Edificio de las Consejerías en Llamaquique y Palacio de Congresos en Buenavista) y lo urbanístico se asocia a construcción en masa y especulativa en los límites de la ciudad (Las Campas, La Corredoria).
Sólo nos resta agradecer a Antonio Sánchez García ,“Alonso”, el préstamo desinteresado de su fondo fotográfico que suma tres generaciones de profesionales vinculados a Oviedo; también al catedrático del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo D. Tomás Cortizo Álvarez, así como a todas las demás personas e instituciones que nos han facilitado documentación y testimonios orales que han permitido un mayor y mejor acercamiento al paisaje urbano y las funciones de la polis milenaria y pulcra ciudad de Oviedo. Como dijimos, la concentración de tantas efemérides que la ciudad celebra este año 2008 es un motivo más de oportunidad para la edición de este libro.
Juan Méjica / Benjamín Méndez
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